DOCENCIA

La Enseñanza de la Caligrafía en sus diferentes lugares de origen se remonta a épocas muy antiguas y ofrece características muy peculiares en cada caso, lo que ha producido diversos métodos para realizarla. Especialmente en casos como el de los territorios que hoy ocupa México, en el que la conquista española implicó un cambio en todos los órdenes, no solo en la religión o el idioma, sino también en el tránsito de la comunicación basada en un sistema ideográfico a un planteamiento totalmente diferente; lo que implicó nuevas formas de codificación de los mensajes, afectando a su escritura y posteriormente a su enseñanza. Esta nueva lengua, sus características, sintaxis gramatical, desarrollo y evolución implicaron la integración de las raíces, influencias y tradiciones locales con las europeas repercutiendo directamente en la escritura; como lo muestran los ejemplos de “Ejecutorias de Hidalguía” en los que los calígrafos e iluminadores hispanos, plasmaron su herencia medieval y renacentista (Resultaría de gran utilidad e interés el realizar una investigación detallada que de fe sobre los métodos y estrategias sobre este noble arte).

Aun cuando se conocen algunos aspectos de este desarrollo en Latinoamérica, poco se conoce y se ha investigado sobre la enseñanza de este arte; cuando se indaga sobre el tema lo más frecuente es encontrar información en la que se describe su práctica en las escuelas de educación básica, restringiéndose a la “buena escritura” más que a su calidad artística.

En los últimos años, el desarrollo de la tecnología ha influido a la Caligrafía al modificar (mecanizando) la producción de la letra, pero también difundiendo cada vez más su aplicación a través de publicaciones masivas o de los nuevos medios y tecnologías de información y comunicación adaptándose a la codificación de un gran cúmulo de información, enriqueciéndola en significado y apariencia; lo que ha permitido a los interesados en el tema conocer más sobre su origen y evolución.
Ante la revolución tecnológica en el área del diseño de la comunicación visual y la falta de apego a las modas, la enseñanza de este Arte ha sido relegada y retomada por periodos intermitentes; lo que ha provocado que prácticamente la mayoría de quienes promovemos su enseñanza, poseamos además de una edad madura, una formación en gran medida autodidacta (solo una minoría ha tenido acceso a una formación académica debido a la escasa oferta académica disponible); lo que ha provocado en el mejor de los casos -a través de la investigación y la práctica constante- el surgimiento de métodos, técnicas y estrategias de creación individual para su enseñanza y aprendizaje.

La actividad profesional a la que me dedico, por un lado como profesor en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, por otro lado como Calígrafo para la Dirección General de Administración Escolar (DGAE) de la UNAM y la formación académica recibida a través de la Maestría en Artes Visuales y el Doctorado en Creatividad Aplicada, cada uno en diferente medida me han exigido profundizar el conocimiento sobre el origen y fundamentos de este arte; desarrollar una apasionada investigación formal sobre el tema y otros cercanamente vinculados a él (condición indispensable para constituirme como un buen docente); al mismo tiempo que me han permitido experimentar con materiales, instrumentos, técnicas y estrategias de enseñanza (lo que poco a poco me ha permitido ir creando y renovando mis propios métodos y programas –algunos de ellos aplicados actualmente por la propia institución-). Simultáneamente me ha ofrecido la oportunidad de compartir con otros interesados los descubrimientos y aprendizajes sobre el área y de ayudarlos a desarrollar sus propias habilidades y su creatividad vinculadas a este y otros temas, lo que me ha brindado en conjunto la oportunidad de formarme como una especie de moderno “Antiquarii (Pérez Cortés Sergio, Escribas, UAM, México, 2005, p. 113. “Los Escribas se distinguían por su experiencia en el arte, los más maduros y mejor entrenados en la Caligrafía eran llamados antiquarii; mientras que se les llamaba scriptorii o librarii a los novicios, los alumnos de la escuela u otros monjes”). en la enseñanza de la Caligrafía.

El intento de sistematizar los aportes para promover el aprendizaje y desarrollo del conocimiento sobre la Caligrafía artística ha resultado una tarea un tanto ardua y laboriosa, ya que hasta la fecha no he encontrado un libro o manual que responda eficientemente a las necesidades de enseñanza y aprendizaje formal a través de la presentación de un solo método válido o uno principal; por lo que he debido ir desarrollando mis propios recursos sobre la marcha, inventando, en ocasiones improvisando, creando, experimentando y finalmente sistematizando los hallazgos a través de la investigación durante un par de lustros.

El programa que he diseñado para la enseñanza de la Caligrafía, es producto de la práctica y la investigación realizadas a lo largo de varios años de trabajo, investigación y experimentación; su rasgo particular es el carácter personal del mismo, dada la casi total ausencia de una “escuela mexicana” que haya desarrollado o sistematizado su conocimiento sobre el quehacer caligráfico. Si bien el programa se originó inicialmente para su aplicación en el contexto formal del aula universitaria, ha rendido diversos frutos, extendiendo su alcance a diversos cursos inter semestrales, interanuales, encuentros de Diseño, talleres de educación continua, cursos para principiantes y avanzados, etc. aplicándose en diferentes espacios educativos, principalmente la U.N.A.M., pero incluso ampliando su alcance a la Biblioteca Antonio Mingote en Madrid. Sus alcances y limitaciones, aciertos o errores se basan en la consideración y reflexión sobre la práctica de la disciplina y los problemas que surgen al paso exigiendo su eficiente resolución, todos ellos integrados con afortunados hallazgos e incidentes que además de propiciar un crecimiento, han conformado, transformado y enriquecido varias propuestas que se siguen modificando en una evolución permanente.

La importancia del estudio del trazo realizado por la mano reside en que permite reconocer su valor como imagen artística ya que las expresiones plasmadas a través del gesto gráfico, constituyen la manifestación de una actividad humana en la que la fuerza o delicadeza, rapidez o lentitud, libertad o exactitud; formalidad o gestualidad, permiten reconocer el espíritu de su creador al mismo tiempo que nos acercan a lo que arquetípicamente guardamos en nuestro inconsciente y que nos hace ser más humanos.  

Considero relevante su estudio dado que la creatividad y la habilidad mostradas a través de cada una de las obras, diseños o productos comunicativos que han sido desarrollados con maestría por calígrafos de todo el mundo y de todas las épocas, han hecho que una actividad como lo es la escritura al realizarse con sensibilidad, intuición, talento y técnica, pase a ser apreciada de un simple trabajo artesanal al de adquirir calidad de obra artística. Sé que aún falta mucho para que esto suceda plenamente en México, donde todavía se le sigue considerando como un oficio menor, pero confío en poder transmitir a través de mi trabajo y de la muestra de las obras de diferentes calígrafos y artistas un poco de la emoción y el asombro que produce la contemplación y el disfrute de estas auténticas obras de arte.